Jesús, debilitado por los azotes y el peso de la cruz, apenas puede seguir caminando hacia el Calvario. Los soldados romanos, al ver que está al borde de la extenuación, obligan a un hombre llamado Simón de Cirene a ayudarle a cargar la cruz.
“Y obligaron a uno que pasaba por allí, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a llevar la cruz de Jesús.”
Este hombre no conocía a Jesús ni tenía la intención de ayudarle, pero fue elegido en ese momento para aliviar el peso de su sufrimiento.
El gesto de Simón de Cirene nos enseña el valor de la ayuda desinteresada. Aunque en un principio lo obligaron, podemos imaginar que, al caminar junto a Jesús, su corazón se conmovió. De ser un extraño, se convirtió en compañero de sufrimiento.
🔥 ¿Cuántas veces hemos sido llamados a ayudar a alguien sin haberlo planeado?
🔥 ¿Nos resistimos como Simón al principio, o aceptamos la oportunidad de servir?
💡 Dios nos pone en el camino de personas que necesitan nuestra ayuda, incluso cuando no lo esperamos.
Simón de Cirene representa a todas las personas que cargan las cruces ajenas: padres sacrificados, amigos que apoyan en momentos difíciles, médicos que atienden a los enfermos, voluntarios que ayudan a los necesitados. Cuando ayudamos a los demás, ayudamos a Jesús mismo.
📖 “Lo que hicieron con uno de estos hermanos míos más pequeños, conmigo lo hicieron.” (Mateo 25, 40)
“Señor Jesús, al igual que Simón de Cirene, yo también quiero ayudarte a llevar tu cruz en los que sufren. Dame un corazón generoso para estar dispuesto a servir, incluso cuando no lo planeo o cuando me incomoda. Ayúdame a reconocer que cada acto de amor es una oportunidad para encontrarte. Amén.”
🔹 Ayudar a alguien que lo necesite sin esperar nada a cambio.
🔹 Reflexionar sobre cómo reacciono cuando se me presenta la oportunidad de servir.
🔹 Pedir a Dios un corazón dispuesto a aliviar la carga de los demás.
Ver: Devoción del Viacrucis, todas las estaciones.