Actitud Ante Mí Mismo
Proyecto De Vida – Unidad I: 1.2 Actitud Ante Mí Mismo

Qué imagen tengo de mí mismo
¿Cuál es la imagen que tengo de mí?
¿Cuál es la imagen que creo tienen de mí los otros?
¿Cuáles son mis cualidades, mis defectos, mis características?
¿Cómo me sitúo frente a este conjunto de posibilidades y limitaciones?
Signos que me ayudan a confrontarme en este punto
El concepto que tenga de mí mismo influye poderosamente en la manera de comportarme a todos los niveles, y en las posibilidades que vea de realizarme como persona capaz de amar y ser amado; por esto es importante mirar más detenidamente este punto.
Signos de una imagen positiva:
- Me siento a gusto conmigo mismo.
- Soy capaz de reconocer mis problemas emocionales y afrontarlos con serenidad.
- Soy consciente de mis limitaciones y defectos, los reconozco y me abro a lo que otros me pueden aportar para superarlos.
- Me identifico conmigo mismo y trato de mostrarme como soy.
Signos de una imagen menos positiva o abiertamente negativa:
- Me avergüenzo de mí y evito que me conozcan como soy.
- Mis problemas emotivo – sexuales me encierran en mí mismo.
- Me siento amenazado frente a personas que son más fuertes que yo.
- Compruebo distancia entre lo que quiero ser y lo que soy.
- Hay aspectos de mi ser que no acepto: familia, contexto social, talentos, aspecto físico.
- ¿Qué balance puedo hacer con base en estos puntos?
- ¿Qué inquietudes me deja este balance?
El Señor me conoce, me acepta y me elige como soy
Lee los siguientes textos:
Salmo 139 (138)
Reconocimiento de la insondable sabiduría de Dios
Señor, tú me sondeas y me conoces, tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares. Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente; me rodeas por detrás y por delante y tienes puesta tu mano sobre mí; una ciencia tan admirable me sobrepasa: es tan alta que no puedo alcanzarla.
¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia? Si subo al cielo, allí estás tú; si me tiendo en el Abismo, estás presente. Si tomara las alas de la aurora y fuera a habitar en los confines del mar, también allí me llevaría tu mano y me sostendría tu derecha. Si dijera: “¡Que me cubran las tinieblas y la luz sea como la noche a mi alrededor!”, las tinieblas no serían oscuras para ti y la noche sería clara como el día.
Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras! Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto,
cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
Tus ojos ya veían mis acciones, todas ellas estaban en tu Libro; mis días estaban escritos y señalados, antes que uno solo de ellos existiera. ¡Qué difíciles son para mí tus designios! ¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos! Si me pongo a contarlos, son más que la arena; y si terminara de hacerlo, aún entonces seguiría a tu lado.
Profesión de inocencia frente a los malvados
¡Ojalá, Dios mío, hicieras morir a los malvados y se apartaran de mí los hombres sanguinarios, esos que hablan de ti con perfidia y en vano se rebelan contra ti! ¿Acaso yo no odio a los que te odian y aborrezco a los que te desprecian? Yo los detesto implacablemente, y son para mí verdaderos enemigos. Sondéame, Dios mío, y penetra mi interior; examíname y conoce lo que pienso; observa si estoy en un camino falso y llévame por el camino eterno.
Jeremías 1, 5-10
«Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.»
Yo exclamé: «Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!»
Y Yavé me contestó: «No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte -palabra de Yavé.»
Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: «En este momento pongo mis palabras en tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás.»
REFLEXIONA… ORA…
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